Postales antiguas de 1.900 imaginando el año 2.000
El ser humano siempre ha necesitado pensar en el futuro, proyectarse en el tiempo e imaginar cómo sería vivir un siglo, o un milenio más tarde.
Julio Verne, Georges Orwell, son dos de los numerosos escritores que han creado universos futuristas en sus libros y ensayos, con por ejemplo "Paris en el siglo XX" de Verne o 1984 de Owel.
París tuvo la primera exposición universal en 1889 donde construyeron como símbolo de crecimiento industrial la Torre Eiffel. Una construcción titánica para la época que podía verse desde todos los puntos de la ciudad.
Y en toda esa vorágine de sueños colosales e imposibles, crearon postales de la época plasmando esas ilusiones futuristas. Porque si a finales del siglo XIX ya se habían realizado proyectos tan descomunales, qué no podríamos hacer en el año 2000.
Las postales de una belleza analógica, donde los colores, los trazos, la tipografía, nos adentra en un mundo ya lejano, casi mágico para los seres que nacimos y crecimos en el 2000. Muchos de nosotros desearíamos volver a esa época donde las personas se escribían cartas a mano, la espera se vivía con ilusión y el vapor era símbolo de crecimiento.
Unas bellas láminas para contemplar mientras las agujas del reloj retornan siglo atrás.