Las zonas calientes de una tienda son aquellas que concentran gran número de gente. Multiplicar dichas zonas y gestionar bien los productos que en ellas se exponen, a través de una estrategia medida, es esencial para la buena marcha de cualquier comercio.
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Ya os hemos hablado tanto de los mapas de calor que un retailer puede utilizar para conocer cómo varía el flujo de visitantes como de la rotación del stock en su papel de herramientas de atracción. Ambas ayudan a la hora de adaptar la oferta del comerciante en respuesta a las necesidades del consumidor, conocidas en tiempo real, tanto para zonas frías como calientes.
De hecho, según publica la web Euskadi.net, el ideal que debe perseguir un comercio es estrechar las diferencias entre ambos espacios, o lo que es lo mismo, multiplicar los puntos calientes. Entradas, pasillos y probadores atraen público de manera natural pero, también, es posible hacerlo de manera artificial como sugiere la web. Espejos, displays, promociones especiales o iluminación específica son algunas de las herramientas creadas que atraen la atención y permiten establecer pequeños puntos calientes en las zonas frías o menos accesibles, como el fondo, donde se colocan productos con gran demanda.
Las zonas calientes de una tienda no se hallan únicamente en el interior sino, también, en el escaparate. Nuestra vista se dirige a su área más central, cuyo mayor número de miradas recogerá si los productos están colocados a la altura de los ojos, una de las claves en toda estrategia de visual merchandising.
Precisamente, jugar con distintos niveles en la colocación de productos puede calentar una zona fría, sobre todo con la parte media y baja como apunta la web Decora Tu Tienda, al captar más fácilmente nuestra vista. Este site también propone jugar con el mobiliario para hacer los lugares más atractivos y combinar productos, algo que también es útil para que una zona caliente no resulte aburrida. Y es que las zonas calientes de una tienda no tienen que conformarse con llamar nuestra atención únicamente sino que, también, tienen que cultivarla con una colocación creativa y divertida.
Espacios versátiles y polivalentes, que puedan adaptarse a las exigencias del consumidor, ayudan en la atracción de su atención y, por tanto, a la creación de zonas calientes de una tienda para su mayor rentabilidad.
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