Ejemplos de food truck: nuevo concepto culinario

¿Quién no ha comido en alguno este verano durante algún festival o evento? Y es que no es raro ver ejemplos de food truck porque están, cada vez más, de moda. Son muy usuales en EEUU y Australia, desde donde se han ido expandiendo. Estamos acostumbrados a ver los food trucks de perritos calientes en las películas ambientadas en Manhattan. Esto es porque la comida rápida encaja a la perfección con la personalidad de estos automóviles: sencilla y veloz de elaborar.

Pero el concepto de food truck ha ido evolucionando. No era raro ver, hace unos años, algunos camiones que servían salchichas y vino caliente, en países europeos como Alemania o Luxemburgo, en fiestas populares o eventos deportivos. Ahora, Berlín es uno de los referentes y esto también es así porque es cuna del moderno emprendimiento, en este caso representado por personas que no se quedan ancladas en las cocinas de un típico restaurante.

Bunsmobile es una camioneta de General Motors que fue utilizada por el ejército norteamericano y que ahora es regentada por una pareja canadiense, afincada en la capital alemana, que cocinan un menú de inspiración francesa. Food Lovers fusiona distintos tipos de gastronomías para preparar tanto un arroz pilaf indio como una ensalada de algas y zanahorias. Una fusión comprensible debido a que es el negocio de un matrimonio mezcla japonesa y judía.

Y no solo en platos preparados se queda la cosa, empiezan a proliferar los vehículos que preparan helados y cupcakes. El típico camión de ice cream norteamericano ha creado escuela y, en su versión más tradicional, encontramos a Mr.Whippy que comercializa helados de yougurt con toppings de ron o sirope de pasas. Su furgoneta está decorada en tonos rosados, habituales en otros food trucks de cupcakes que permiten tanto hacer catas como participar en pequeños eventos privados.

Pero no todo camión que elabora postres tiene por qué decorarse con tonos dulzones. Encontramos el ejemplo del Batch Ice cream, cuyos dueños lo recubrieron de negro a modo de pizarra sobre la que informan de sus productos y de sus redes sociales, aparte de dibujar su logotipo.

Los food trucks suele llegar cuando hay un evento, una boda, un mercadillo, un festival e irse cuando acaban. Con la primavera y durante el verano, encuentran sus épocas más propicias, incluso para establecerse unos días en un mismo lugar. Es el caso del Hotzenplotz Berlín, especializado en carnes alemanas y hamburguesas de cordero, cuya localización en verano es el precioso Bierhof Rüdersdorf, un parque berlinés con merenderos. De hecho, este ambiente es muy común ya que es una de las características más poderosas de este tipo de experiencia culinaria: se forma una comunidad de personas que disfrutan cocinando para otras que disfrutan comiendo, al aire libre. Gente que, en definitiva, disfruta compartiendo.

Tanto es el éxito de algunos food trucks que van a establecerse, también, en invierno como el Burger de Ville. Está especializado en medallones de carne de buey (la variedad Angus) y en enero estará ubicado en la terraza del Hotel Bikini Berlín.

Para la época fría del año, un tipo ideal de food truck es uno que acoja a los clientes en su interior. Kjosk es un autobús de los años 70 en el que los usuarios pueden disfrutar desde salchichas o cerveza artesanal, hasta ojear revistas, sentados tranquilamente en la planta de arriba.

La innovación llega también a los camiones de comida de la mano de empresarios que quieren dar accesibilidad a productos caros. En Portland, Oregon (EEUU), encontramos el ejemplo de Union Wine Co, levantado por Ryan Harms. Quería crear algo que pudiera compartir con su familia y amigos “sin sacrificar la calidad”, en sus palabras. En ese empeño, Harms aparca su pequeña Citroën metalizada, los fines de semana, en la esquina de la 33rd con Division Street, y la conduce a los eventos que le propongan. Pinot Noir y Pinot Gris enlatados como cerveza a precios asequibles.

Las caravanas también son un tipo de food truck rentable: pequeñas pero con espacio suficiente para trabajar el producto, fáciles de transportar, atractivas y con ese toque vintage hippy que tanto gusta. Pueden ser un tipo de Candy Bar en las bodas o el lugar donde se sirven los cócteles divertidos, como es la de la empresa Camp Cocktail Events. Remodelada, con ruedas nuevas y una nueva imagen; lista para servir cócteles. Cheers!

Fuente imágenes: foodtruckya.com / decor8blog.com / quecosica.wordpress.com / trendhunter.com