Los retailers, sea cual sea nuestro sector, debemos estar siempre atentos a las tendencias: qué es lo que se lleva, tanto en moda, como en decoración, cultura o sociedad, para ofrecer al cliente lo último de lo último. Ikea, por ejemplo, se ha apuntó al carro de Juego de Tronos, publicando unas instrucciones para convertir sus alfombras en capas, que seguro veremos el próximo Halloween. Por no hablar del último fenómeno en fashion retail, los bolsos que son bolsas o parecen bolsas tradicionales.
Ya en 2013 y gracias al trabajo de marcas como Marie Turnor, nos hicimos eco de la moda que llegaba. Por primera vez se cambiaban los papeles, y materiales de lujo como la piel imitaban al papel, en bolsos que se arrugaban y no tenían ningún problema en mostrar las imperfecciones típicas de este material. El lujo imitaba a lo cotidiano. Dos años más tarde, y lejos de ser una tendencia pasajera, la moda de los bolsos que imitan bolsas de la compra continuaba, y la calle se llenaba de versiones en materiales de lujo del packaging tradicional de papel.
Por fin, en 2016, Balenciaga lanzó al mercado un modelo XXL que era directamente calcado a las bolsas de la compra que se utilizan tradicionalmente en Tailandia, y este año ha repetido la jugada versionando a Ikea, a uno de los mayores retailers internacionales, y a su conocidísima bolsa Frakta. La original cuesta unos 50 céntimos, mientras que el modelo deluxe de la casa francesa supera los 1.000 €. ¿No es mal negocio verdad?
Y como suele ocurrir siempre en este sector, las cadenas de fast fashion han puesto sus miras en las de lujo y han lanzado su propio modelo. Se trata de algo mucho más económico, made in Inditex, que además está fabricado en un tejido sostenible y reutilizable y que probablemente no pararemos de ver en los próximos meses.
Lo interesante para los retailers es la oportunidad que presenta, ya que el packaging, que anteriormente tenía un uso claro, ahora es algo más que una utilidad comercial para convertirse en moda, y podemos aprovecharlo para sorprender, fidelizar y premiar a nuestros clientes.
Para ello existen un gran número de posibilidades, si bien desde Bolsalea, nos decantamos por las bolsas de tela con asas, una versión muy económica y que podemos entregar a los clientes para que lleven su compra y, posteriormente, convertir en su bolso preferido. En función del presupuesto que tengamos para ello podemos elegir desde opciones en tejido no tejido, a modelos de algodón que van desde los 145 gramos de grosor a los 280, con una resistencia y durabilidad estupenda.
También recomendamos personalizar estas bolsas, porque si no, no sirve de nada. Lo importante es que cuando por la calle se vea vuestro packaging, la gente lo identifique con vuestro nombre y vuestro logo y se pregunte dónde puede conseguir uno igual. Si además el diseño exterior recuerda a los modelos que se ven en las revistas, mucho mejor: no hace falta un gran despliegue gráfico, con poner vuestro logo o vuestro nombre y darle prioridad al color y al modelo, es suficiente.
Si queréis probar a ver cómo resulta el invento, no tenéis más que hacer un pedido desde nuestra página y elegir la opción de “personalizar” en aquellos modelos en los que sea posible. A partir de ahí, tenemos un departamento de diseño que se encarga de que cada proyecto llegue a buen puerto, enviando muestras si es necesario y asegurándose con una maqueta previa de que todo esté correcto.
Como decíamos, las opciones son infinitas, y no solo en bolsas de tela, también puedes probar con otras variedades más habituales, desde las bolsas de papel tradicionales con fuelle lateral a las que llevan las asas troqueladas.
Lo importante es que vuestros clientes vean que, si quieren llevar el complemento de moda, no tienen más que acudir a tu comercio y con cualquier compra se llevarán bolsos que parecen bolsas. Adelantarse a la competición es importante, así que no esperes, porque esta temporada en la calle las bolsas tradicionales y los bolsos de lujo, van a compartir espacio.