Con tanta tienda online, tanta pop up store y la dichosa omnicanalidad, los retailers nos volvemos cada vez más locos por ofrecer experiencias de cliente completas y actualizadas. Sin embargo, no hay que olvidar que, aunque la tecnología está muy bien, en las tiendas tradicionales el producto físico debe ser el protagonista, y es importantísimo colocarlo bien siguiendo los pasos básicos del visual merchandising en el comercio local, el de nuestro barrio.
Cuando se reciben invitados en casa, y a menos que se sea un dejado o un adolescente, a todo el mundo le gusta tener las habitaciones, salones o cocinas, ordenados, limpios y presentables. Pues lo mismo con tu tienda: tenla siempre perfecta, como si estuvieras a punto de recibir una visita de tus suegros. Porque tu espacio comercial es una extensión de ti mismo y de tu marca.
Ya desde los tiempos más milenarios de la humanidad, las culturas antiguas han elaborado teorías y tratados acerca del equilibro de los espacios. Normas relativas a la decoración y a la arquitectura para conseguir que sean agradables a los cinco sentidos. Desde la proporción áurea clásica hasta el feng shui oriental, estas normas de diseño se aplican también en retail para mejorar la experiencia del cliente y crear espacios comerciales no solo más bonitos, sino también más rentables.
Porque la manera en la que coloquemos los productos en la tienda está directamente ligada a la forma en la que nuestros clientes pasearán por ella, y comprarán. Es como en El Mago de Oz: tenemos que construir nuestro propio camino de baldosas amarillas para que el cliente sepa por dónde debe ir, aunque lo haga de manera inconsciente. Hemos leído mil veces cómo los supermercados juegan con nuestra psicología para indicarnos sutilmente el camino que debemos hacer con el carrito de compra, y cómo colocan los productos para que vayamos adquiriéndolos casi sin darnos cuenta.
Y no solo en los supermercados, cualquier tienda, sin importar el tamaño, se puede diseñar para invitar a cada cliente a un viaje comercial diferente. Incluso un bazar desordenado puede tener una intención detrás que fomenta la venta. Estos son solo algunos consejos para mejorar el visual merchandising en el pequeño comercio:
1. Inspiración: tanto si vas a componer un escaparate, como si quieres disfrazar tu tienda temáticamente (Halloween, Navidad, San Valentín…), las posibilidades son infinitas y no deben estar limitadas por tus productos: lo mejor es que, antes de planificar el cambio, te des una vuelta por tu barrio y veas lo que hace la competencia, también que acudas a las grandes tiendas de tu zona o navegues por internet, desde Pinterest a blogs temáticos, para ver qué hacen los grandes nombres del visual merchandising, como Bergdorf Goodman, en Nueva York, o las tiendas del imperio Inditex.
2. Tendencias: como en moda o en belleza, también existen tendencias en escaparatismo. Sé curioso y mantente informado de qué es lo que se está haciendo para adaptarlo a tu propio negocio con un toque personal. Es posible ser original y al mismo tiempo seguir las modas en decoración retail. En este momento, por ejemplo, se llevan mucho los maniquíes diferentes o decorados, las paredes ilustradas y la innovación en iluminación, como puedes ver en esta noticia sobre tendencias de decoración en tiendas, de Modaes. Nosotros, por nuestra parte, también solemos informar sobre estas tendencias en nuestro blog.
3. Marketing sensorial: en Bolsalea te hemos hablado varias veces sobre la importancia de tener en cuenta los cinco sentidos a la hora de dirigirnos a nuestros clientes. No solo con técnicas de PNL, también a través de elementos decorativos que impactan directamente en alguno de los cinco sentidos: desde el papel pintado de las paredes hasta la utilización de velas aromáticas para establecer un tipo de ambiente o provocar una necesidad. Algo así como entrar en una tienda de repostería sin hambre y salir con quince bandejas de pastelitos porque, entre el olor a bollos recién horneados y el aspecto de las tartas en el mostrador, resulta imposible salir de allí con las manos vacías.
4. Cuenta una historia: hemos mencionado la importancia del storytelling en retail en alguna ocasión, y a la hora de distribuir nuestros productos en la tienda también podemos aplicarlo. Fijaos en lo que hacen en muchas tiendas de decoración o muebles, como Ikea: no se limitan a mostrar los diferentes diseños sino que configuran los espacios tal y como los podríamos ver en una casa, de esta forma el cliente ya se hace una idea de cómo pueden quedar, o cogen ideas para sus propias casas. En la marca sueca llegaron incluso a recrear, en una de sus tiendas efímeras, un hotel en el que cada habitación reflejaba un espacio concreto.
5. La regla del triángulo: una de las reglas de oro del visual merchandising en el comercio es la de las composiciones geométricas, más concretamente la que tiene esta forma de tres vértices. La idea aquí es la de disponer los diferentes objetos en tres alturas para crear un camino visual que guíe el ojo de los clientes y les indique, en cierto modo, cómo tienen que mirar. Así les indicamos qué queremos que vean y esto sin duda afectará a su decisión de compra gracias a una jerarquía visual que equilibra nuestra mercancía. Evita la colocación monótona y aséptica y opta por disponer tus lineales siguiendo un orden estudiado.
6. Agrupa los productos de familias similares: esto es básico, y en los supermercados y tiendas de moda alcanza su máximo exponente. Los desayunos con los desayunos, y la ropa del mismo color en una misma zona. De este modo se le facilita al cliente el viaje a través de la tienda y se consigue una mejor experiencia de cliente en retail.
7. Iluminación: la iluminación, junto con el aroma de la tienda, contribuyen enormemente a crear un ambiente. Una iluminación cálida, tenue y que cree nichos de producto en las diferentes estanterías favorece los ambientes más íntimos: por ejemplo en una tienda de lencería o de artículos de lujo y exclusivos. Por el contrario, una iluminación brillante y que destaque el conjunto de la tienda es más habitual en grandes superficies y en tiendas con un gran volumen de clientes y de ventas, en los que destaca la compra rápida y las visitas express.
8. Escaparatismo en retail: dentro del visual merchandising en el pequeño comercio, los escaparates ocupan un lugar esencial ya que son la cara visible al exterior de lo que encontrarán nuestros clientes dentro. Así que planifica bien tus escaparates y, sobre todo, cámbialos de vez en cuando, no seas vago. Incluso si no tienes presupuesto para conseguir unas ventanas originales, existen opciones muy económicas y al alcance de todo el mundo: a veces basta con comprar unas cartulinas y recortar formas que decoren las paredes del escaparate, o unos cubos de madera, incluso palés de obra, para taparlos con telas sobre los que disponer la mercancía. Como ves las opciones son muy variadas y no requieren de gran destreza.
Además de estos consejos básicos, existen cursos y páginas web expertas en el análisis del diseño de interiores retail, como 10Decoración, y profesionales que te pueden orientar a la hora de mejorar el visual merchandising de tu tienda, como Lüks&Co. Vivimos en un momento en el que la competencia entre comercio electrónico y físico es enorme, y el interiorismo y el escaparatismo son un diferencial muy significativo a la hora de potenciar la experiencia de cliente en el retail tradicional. Apostar por él es sin duda una forma excelente de aumentar la rentabilidad, conectar con nuestros clientes y ofrecer un valor añadido a nuestro negocio.