Se sabe que la paquetería utilizada para representar tu marca comunica diferentes valores según el material que escojas. El papel siempre ha transmitido un mensaje positivo. Tiene el fuerte de que agrada a un amplio espectro de consumidores. Existen campañas constantes en contra del plástico, a pesar de que inventen fibras bio a partir de almidón de maíz. Las bolsas compostables kraft carecen de detractores porque cumplen una gran función con el entorno. La ventaja que aporta este packaging se basa en su virtud biodegradable. Para comprenderlo mejor vamos a empezar por descubrir qué es el compostaje.
Podemos definirlo de tantas maneras posibles… La composta en sí es abono orgánico, fertilizante natural. Esto es así si lo queremos resumir a unas pocas palabras. En cambio, se trata de una técnica bastante antigua que poco a poco va calando en la sociedad urbana actual. Ahora casi todos desean cosechar su mini huerto ecológico en una terraza. Nos alegra que así sea. Que el compostaje se ponga de moda solo nos trae beneficios a todos aquellos que nos preocupa el estado del medio ambiente.
Contestando a la segunda pregunta: el compost sirve sobre todo para nutrir a las plantas. Observa cómo se desarrollan toda clase de vegetales sobre un lecho de este alimento tan sustancioso y vigorizante. ¿Tienes alguna flor o arbusto marchitándose progresivamente? Aviva tus matas gracias a las propiedades nutritivas del humus.
¿Cómo funciona el compostaje?
Vamos a ponernos técnicos. Hay que saber que el carbono es lo que va a predominar sobre el nitrógeno dentro de nuestra compostera. Debemos controlar esta relación, porque en tal caso de que surja una desnivelación estaríamos expulsando en el ambiente que respiramos elementos poco deseados. Nos referimos al temido dióxido de carbono, conocido bajo el nombre de CO2.
Llevando el cálculo a los números, se dice que hay que mantener una proporción aproximada a 25:1 o en su defecto 40:1. Es decir, se estiman 25 o 40 partes de carbono por 1 de nitrógeno. Lo veremos indicado como C/N por los expertos. Éste en un escenario de descompensación será considerado bajo cuando haya presente demasiado nitrógeno. En cambio el C/N es alto cuando el carbono sobrepasa el límite de la dimensión. Aquí tenemos que sacar nuestra madera de científicos e ir buscando el equilibrio correcto. Saber en qué químico son ricas las sustancias que añadimos al compostador nos ayudará mucho a encontrar la estabilidad idónea.
Hablemos también de dos conceptos especiales: las situaciones aeróbica y anaeróbica. Aeróbico quiere decir que necesita tener oxígeno. Precisamente por este motivo es de suma importancia acostumbrarse a remover la mezcla. En el momento que haya una considerable pérdida de oxígeno surgirán los agentes anaeróbicos que aminoran el progreso y merman la calidad de la composta.
Qué diferencia a las bolsas compostables
Habiendo quedado esto claro, sepamos que existen las bolsas de papel compostables. ¿Cómo descubrimos quién es quién? Para que sea válida, la superficie no debe ir tintada. Nosotros utilizamos tintas ecológicas formuladas con base de agua. A pesar de ello, es preferible recortar el trozo impreso y depositarlo en el contenedor azul del reciclaje. Con lo que nos queda de bolsa, cubrimos las capas secas del compostador. Más adelante te lo explicamos con detalle. Por el momento, es imprescindible que los consumidores en general estén enterados de que se hace compostaje hasta con el packaging personalizado.
¿El kraft reciclado también sirve? Por supuesto que sí. En lo que se refiere a kraft habana o verjurado, ambos dan lugar a un humus de excelente categoría. Tampoco quites las asas de la bolsa. Sepáralas del cuerpo y añadelas en la mezcla. Es una criba similar a cuando se desacoplan los objetos por partes para llevarlos a reciclar después.
Las bolsas de lujo también nos sirven, porque se trata de un cartón duro. Aunque en este caso el asa es un cordón. Los cordones se sacan porque el algodón tarda bastante más tiempo en desintegrarse e iría a un ritmo diferente de los otros componentes. Por eso lo reservamos para que las plantas de reciclaje industriales se encarguen de reciclarlo.
Piensa en que una bolsa biodegradable terminará desintegrándose con el ciclo habitual de la Naturaleza. La capacidad que nos otorga el compostaje es apremiar los tiempos. Como ahora veremos, es muy sencillo conseguir abono a partir de tus bolsas compostables. Incluso lo puedes hacer por ti mismo y requiere muy poca supervisión.
Cómo hacer compostaje casero
Si de verdad quieres acercarte a este mundillo relacionado con el zero waste, la mejor forma de comenzar que se nos ocurre es probándolo cada uno en nuestra propia casa. Verás como le coges el gusto y comienzas a pensar en trasladarlo a varias áreas de tu vida.
Lo primero que vamos a necesitar para comenzar el proceso es contar con una compostadora. No vayas a creer que se trata de una maquinaria especial ni aparatosa. ¡Ni mucho menos! El compostador es un recipiente sencillo sobre el cual acumular los residuos orgánicos que vayan convirtiéndose en abono. Por tanto, es suficiente mientras tenga la capacidad justa para el volumen de basura que se suele generar hasta que finalice un ciclo completo. Ten en cuenta que, a medida que se vuelve compost, vas a acumularlo por encima en forma de capas. Por ello, es importante que te fijes en la profundidad del cuenco. El utensilio puede ser una caja de madera con ventilación. Es decir, aquellas cuyas tablas están separadas, para que haya rendijas de ventilación.
El compostador se coloca en el exterior, sobre la tierra del patio o el jardín. Antes de agregar los residuos tienes que crear una base protectora, puesto que la norma número uno consiste en alejar los descompuestos del suelo. Si no has encontrado una caja estilo palet como la que se mencionaba antes, he aquí la solución para los recipientes tupidos: haz agujeros sobre la superficie de modo que pueda “respirar”.
A la hora de introducir los desechos en la compostadora, se debe seguir una relación de capas. Vamos a alternar entre capas húmedas y secas. La primera, que es la base, será de materiales secos. Usaremos para ello serrín, paja, hojas muertas y otras ramitas de árbol. Su función es prevenir que el fondo se pudra. En las capas húmedas añadiremos discretamente recortes de hierba y césped de nuestro jardín. Tiene que estar muy verde, con aspecto humedecido.
Por último, nos encargaremos de regar periódicamente la mezcla. Aquí es importante asegurarnos de que el agua llegue hasta las capas más profundas. Tampoco nos pasemos, hay que tener en cuenta que la materia vegetal aporta bastante líquido. Podemos retenerlo mejor colocando el compostador a la sombra.
Otras actividades para comprobar que todo funciona de manera adecuada es midiendo la temperatura de la compostadora. Si es similar a 65º C significa que vamos por el buen camino. La actividad de los agentes que hay en el interior de la composta es la que sube los grados. Algo de lo cual nos vamos a percatar enseguida es el olor. El aroma a bosque caracteriza al abono de calidad. Si te parece que huele mal o es desagradable puede haber sido causado por un desequilibrio en la composición. Principalmente por falta de oxígeno. Los activos inoloros que descomponen la materia son aniquilados por otros macroorganismos que sí despiden olores repulsivos cuando escasea el oxígeno. Asimismo, el color idóneo corresponde con un marrón oscuro.
El transcurso del tiempo propio para comenzar a recoger tu compost orgánico de alta calidad será a partir de los 6 o 12 meses. La primera vez, al empezar desde cero, tardará a lo mejor 9 meses de media. Si lo removemos y le damos la vuelta cada semana, conseguiremos acelerar el proceso y tal vez quede listo al cuarto mes. Cuando nos referimos al vermicompostaje, el desarrollo se agiliza y obtenemos nuestro humus a los 2 meses. Las lombrices intensifican el método habitual. En cualquier caso, es algo que variará con las distintas épocas del año debido a la alteración de las condiciones exteriores por motivos meteorológicos.
Sabremos que el compost está preparado cuando nos sea imposible distinguir ningún resto o partícula de los ingredientes que dieron lugar al abono. En su lugar tendremos un humus de textura granulada y suelto.
¿Qué se puede echar al compost?
Aparte de las bolsas de papel, también entran los residuos de comida tales como cáscaras de plátano y huevo, café molido y en grano, piel de frutas y verduras (patata, pepino, zanahoria, mango, piña etc). El hueso o corazón de la manzana, el aguacate o el melocotón, entre otros muchos frutos, es compostable. Normalmente pondremos bastantes vegetales en nuestro compost. Solo hay que reducir la cantidad de cítricos. El jugo del tomate o la corteza de la naranja pueden acidificar el humus en demasía.
Conviene que el PH de la composta se mantenga en valores próximos al número 7, porque este es el nivel neutro. Hablamos del grado óptimo para la supervivencia de los microorganismos que se encargan de la descomposición, por lo cual es imprescindible tenerlo bajo control.
La forma más fácil para medir los niveles de acidez o averiguar si el humus ha pasado a un estado alcalino, es usando un papel de tornasol. Es económico y se compra muy rápido en algunas ferreterías.
Otro tipo de celulosa aceptada es el papel de cocina. Importante que no esté contaminado con químicos. Si por ejemplo lo hemos usado para limpiar con algún spray de desinfectante, debe de ir a la basura corriente.
Tip extra: siempre que te sea posible, desmenuza o corta en pequeños pedazos todos los elementos. Será más sencillo para los microorganismos hacer su trabajo con piezas de tamaño minúsculo. Incluso te aconsejamos triturar los fragmentos gruesos. Nuestro abono estará preparado antes que nunca con este truco de experto.
¿Qué no se debe echar al compost?
Para no arruinar tu mezcla, aleja las siguientes sustancias del humus:
Aceite: no se disuelve en el agua, por lo cual acabará causando una falta de humedad nada conveniente.
Restos de carne o pescado: atraen a bichos malignos con su descomposición. Tenemos que depositarlo en el contenedor marrón para desechos orgánicos.
Lácteos: por el mismo motivo de antes, generan mal olor.
Medicamentos: destruyen los organismos que permiten la fermentación.
Revistas: las tintas son tóxicas, con químicos. En todo caso, un poco de papel de periódico puede servir, pero es mejor reciclar lo demás en el contenedor azul.
Yema de huevo: solo introduciremos la cáscara de los huevos, pero la yema no es beneficiosa en nuestra combinación. Es mejor si ha sido cocida para que tarde muchísimo menos en descomponerse.
Como ves, estos ingredientes ocasionan la proliferación de plagas o alteran los estados óptimos en que se produce la composta de calidad. En la modalidad de vermicompostaje, hay que cuidar a las lombrices que permiten todo el proceso. Por poner un ejemplo, el exceso de judías en la tierra puede llegar a hacerles daño.
Junto con la lombriz, veremos que aparecen otra clase de insectos desconocidos. Principalmente muchas larvas o gusanos de tono blanquecino. Salen de los huevos de mosca y no significan ningún peligro. En otro apartado ahondaremos sobre este tipo de técnica.
Compostaje comunitario
Todavía son muy pocas las comunidades que proponen capacitar zonas de compostaje comunitario para los vecinos del barrio. Podemos felicitar por ello a la ciudad de Madrid, cuyas propuestas en favor de la sostenibilidad y la reducción de la contaminación están teniendo un gran efecto. El ayuntamiento ha facilitado centros en distintos puntos de la urbe, a los cuales llega un gran número de residentes con ganas de participar.
¿Te animas a plantear la misma solicitud en tu diputación? Haciendo presión social junto a varios colaboradores se puede conseguir un espacio donde quepan 3 palets, los cuales darán abastecimiento de abono a los huertos locales cercanos. Luego la huerta suministra a los mercados ecológicos sus plantas tratadas con fertilizante orgánico. Las ciudades verdes son eficientes porque promueven esta clase de ayuda mutua entre sus habitantes.
Vermicompostaje
Lo hemos mencionado brevemente. El humus de lombriz es uno de los más cotizados debido a su excelencia. La compostera está cerrada y suele ser de tamaño reducido. Dado que no genera apenas olor, se ha convertido en una de las opciones favoritas que encontramos para hacer abono en casa. El fertilizante sirve para nuestras propias macetas de flores o si hemos instalado un pequeño huerto de balcón en la terraza.
La lombriz de tierra común no serviría para esta tarea. Tenemos que comprar lombrices rojas californianas (Eisenia fetida) e instalarlas desde el primer momento. Éstas son fotosensibles, por eso es preciso que el compostador incluya una tapa. Se venden por kilos y resultan muy baratas, sobre todo por su alta capacidad reproductiva y la larga vida que suelen alcanzar.
Por qué es importante el compostaje
Gracias al compostaje, disminuimos hasta la mitad el volumen de basura generado en el hogar. Es el equivalente al reciclaje propio de la Naturaleza. Sin embargo, logramos agilizar el procedimiento con nuestra intervención humana. Por ejemplo, la celulosa de manera libre tarda hasta un año en degradarse según las condiciones del campo.
El compost orgánico es tan rico en nutrientes que no existe una alternativa preferible para alimentar a tus plantas. Así evitamos suministrar complementos químicos o fertilizantes enriquecidos con vitaminas artificiales.
Por otro lado, se reduce el calentamiento global. Las emisiones originadas en las plantas industriales de reciclaje se escapan en la atmósfera y contribuyen a la contaminación mundial del aire. Al trasladarlo al ámbito del hogar, evitamos estos inconvenientes. Los gases que pueda emitir una compostera corriente son de una escala irreducible.
Una de las causas más relevantes es que la composta nutre al suelo, consiguiendo que revivan las tierras estériles que han sido machacadas por agriculturas no ecológicas. Todo sea dicho, el abono que compramos en tiendas ha sido recogido normalmente de bosques cercanos. Esto implica que se está explotando en cierta manera el suelo del cual se alimentan otros árboles. Obteniendo nuestro propio humus nos abastecemos a nosotros mismos sin quitarle recursos a los demás.
Ya se sabe, practicando el compostaje se mengua nuestro impacto medioambiental. Te animamos a que lo pongas a prueba, puesto que no se trata de una tarea dificultosa ni toma mayor tiempo para nadie tirar los residuos en un cubo de basura o en un compostador. Además te proponemos una entretenida actividad: organiza con tus clientes un taller explicando los beneficios y cualidades de hacer compost en casa. Puedes tomar como guía este artículo y adaptarlo a una charla amena. Enseña al cliente a compostar las bolsas que le entregas para incentivar al desarrollo de esta práctica junto con el resto de productos compostables que se encuentran en sus hogares.
Si te ha gustado este artículo
Visita los siguientes que te recomendamos
6 comentarios
Muy interesante y muy prácticas las bolsas compostables biodegradables.
Así da gusto, con estos productos no nos cargamos el planeta
Nos alegra que te haya gustado tanto el tema Alberto.
[…] Por este motivo, si queréis llegar a los corazones de estos aventureros lo mejor es ofrecer productos ecológicos y sostenibles. Las mejores opciones son las bolsas de papel. Están fabricados de un material biodegradable, reciclable, 100 % reutilizable y sobre todo compostable. ¿Qué significa el compost y cuál es su función exactamente? Puedes descubrirlo en nuestro post donde aportamos todos los detalles que hay que saber sobres las bolsas compostables de papel kraft. […]
[…] De por sí las bolsas kraft son muy versátiles y se pueden combinar con cualquier estilo de negocio. Valen tanto para tiendas sencillas como para tiendas de lujo porque se relacionan con un material sostenible y amigable y eso gusta a cualquier tipo de comercio. Si las personalizas con el diseño de tu empresa transmite que apuestas por materiales ecofriendly y eso comnota en tu marca porque hace ver que eres responsable y apuestas por el papel kraft un material respetuoso además de biodegradable y compostable. […]
Todo el papel Kraft es compostable si mantiene su color natural? O es un tipo de papel Kraft en específico?
Hola Shirley,
El color kraft de nuestras bolsitas es el color natural y son 100% compostables. Además, contienen el certificado PEFC, lo que avala que el papel del que están fabricadas proviene de bosques donde la tala es controlada.
Un saludo
Escribe un comentario
Deja una respuesta
Información sobre protección de datos. Responsable: Bolsalea Publicidad S.L. Finalidad: Responder a tu comentario. Legitimación: Tu consentimiento. Comunicación de los datos: No se comunicará los datos a terceros, salvo por obligación legal. Derechos: Acceso, rectificación, portabilidad, olvido. Contacto: bolsalea@bolsalea.com Más información en nuestra política de privacidad.
Mandamos muy pocos emails pero los que enviamos, contienen info valiosa. No nos va el spam 😄
RGPD: [Responsable] Bolsalea Publicidad S.L. [Finalidad] Newsletter [Legitimación] Consentimiento expreso [Destinatarios] bbdd en Mailrelay [Derechos] Podrás ejercer tus derechos de acceso, rectificación, supresión, oposición, limitación, portabilidad u oposición escribiendo a info@bolsalea.com. Más info aquí.
En Bolsalea utilizamos cookies propias y de terceros con finalidad analítica y publicitaria. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.
Si quieres obtener más información te lo contamos aquí.
Cookies estrictamente necesarias
Las cookies estrictamente necesarias tiene que activarse siempre para que podamos guardar tus preferencias de ajustes de cookies.
Si desactivas esta cookie no podremos guardar tus preferencias. Esto significa que cada vez que visites esta web tendrás que activar o desactivar las cookies de nuevo.
Cookies de terceros
Esta web utiliza Google Analytics para recopilar información anónima tal como el número de visitantes del sitio, o las páginas más populares.
Dejar esta cookie activa nos permite mejorar nuestra web.
¡Por favor, activa primero las cookies estrictamente necesarias para que podamos guardar tus preferencias!
Muy interesante y muy prácticas las bolsas compostables biodegradables.
Así da gusto, con estos productos no nos cargamos el planeta
Nos alegra que te haya gustado tanto el tema Alberto.
[…] Por este motivo, si queréis llegar a los corazones de estos aventureros lo mejor es ofrecer productos ecológicos y sostenibles. Las mejores opciones son las bolsas de papel. Están fabricados de un material biodegradable, reciclable, 100 % reutilizable y sobre todo compostable. ¿Qué significa el compost y cuál es su función exactamente? Puedes descubrirlo en nuestro post donde aportamos todos los detalles que hay que saber sobres las bolsas compostables de papel kraft. […]
[…] De por sí las bolsas kraft son muy versátiles y se pueden combinar con cualquier estilo de negocio. Valen tanto para tiendas sencillas como para tiendas de lujo porque se relacionan con un material sostenible y amigable y eso gusta a cualquier tipo de comercio. Si las personalizas con el diseño de tu empresa transmite que apuestas por materiales ecofriendly y eso comnota en tu marca porque hace ver que eres responsable y apuestas por el papel kraft un material respetuoso además de biodegradable y compostable. […]
Todo el papel Kraft es compostable si mantiene su color natural? O es un tipo de papel Kraft en específico?
Hola Shirley,
El color kraft de nuestras bolsitas es el color natural y son 100% compostables. Además, contienen el certificado PEFC, lo que avala que el papel del que están fabricadas proviene de bosques donde la tala es controlada.
Un saludo